Ventana a la esperanza

Durante mucho tiempo me he mantenido en un estado de letargo, aplicando los primeros auxilios a un cuerpo y a un alma maltrechos.
Recomponiendo los miles de pedazos a los que quedó reducida esta vida. Si, es cierto, quedan grietas...no es una vida nueva, es una vivida, sufrida, y en ocasiones también, gozada, esas son las grietas, que como las arrugas, no se borran, y nos recuerdan que somos humanos y si lo miramos desde otra perspectiva, hasta puedes ver la luz a través de ellas...

Más tarde, poco a poco, llegó la hora de comprobar si era capaz de sostenerme por mi misma y tras varios intentos fallidos y pedir ayuda, tras mucho y muy duro trabajo, hoy puedo levantarme sola.
Sí, es cierto que aún no puedo recorrer grandes distancias, sí, es cierto que aún me flaquean las fuerzas, pero ya nacen las esperanzas, los sueños...

Ya sé que necesito aire y luz para vivir, y abrazar y besar sin horarios, seguir creciendo todo lo que no crecí, reír todo lo que lloré y enseñar todo lo que aprendí.
Que mi cuerpo a parte de dolor, tiene mucho calor que compartir y mi boca sabe que no todo es pedir y anda buscando besos perdidos en el tiempo...

Estoy empezando a asomarme a la ventana, por fin.